Un Espectáculo Sicalíptico es una video-instalación, performance y ópera experimental. El video y todas las acciones corporales giran en torno a una precaria, vieja y chillona cama estilo princesa, donde el artista aparece vestido con botas y camiseta de corte militar en una habitación-basurero donde al mismo tiempo va despojándose de su ropa e interpretando de manera sorpresiva un aria a contratenor; va transformándose con ayuda de una sábana, una bufanda, una camiseta, medias sucias y una bata de flores, que recoge del suelo, en la hermosa María Cogito, el “orco teatral” de Giorgio Agamben (La potencia del pensamiento, 2007) un yo inconsciente que desdibuja la línea entre parodia y performance. 
Es la transgresión al lugar límpido del museo como anti-espectáculo en el que es el artista mismo quien se expone. Es la parodia de una representación, de una codificación social manifiesta en la prédica de unos “evangelizadores” en video quienes promueven discursos anti-corporales y que son puestos en tensión con la realización de una - prueba de normalidad - G-C.H.K. de Masculinidad/ Feminidad (García Cueto y Kulik, 1990) en la que se presentan preámbulos de escenas de pornografía gay a partir de las cuales se les pide a los asistentes responder a un test. La parodia y la auto-crítica permiten involucrar al espectador en niveles más profundos de pulsiones que son ineludibles al ser.